Existe la incierta teoría de que un abogado/a de oficio es gratis pero, ¿es correcta está afirmación?
La respuesta es NO. El abogado/a de oficio no implica que sea gratis y es un error creer que esto es así.
Los/as abogados/as del turno de oficio nos dedicamos a ello de forma voluntaria y lo hacemos para que nadie se quede sin su derecho fundamental a la tutela judicial efectiva que se recoge en el artículo 24 de la Constitución Española.
Por eso tenemos la imperiosa obligación de asistir y de llevar el caso que se nos asigne, ya que que prestamos un servicio público (aunque la mayoría de las veces no es valorado por las instituciones como se merece, todo hay que decirlo).
Para entenderlo mejor, se puede usar la comparativa de un ciudadano que acude a urgencias una noche por molestias en la barriga. No se sabe qué profesional médico estará ese día de guardia. Pues con el turno de oficio es similar y por tanto, el abogado de oficio tampoco se elige.
Pongo varios ejemplos: Pedro tiene una pelea una noche y se lo llevan detenido para que cuente qué ha pasado. Las opciones de Pedro son dos, o llama a su letrado de confianza privado, o bien dirá que quiere uno del turno de oficio si no conoce a ninguno.
En el primer caso la asistencia se la cobrará su abogado y en el segundo caso puede que también, ya que dependerá si le conceden el Derecho a la Asistencia Jurídica Gratuita. Pero un letrado/a tiene que estar en dicha declaración porque a Pedro no se le puede tomar declaración sin la presencia de quienes vestimos la toga.
Resulta que Lucía quiere divorciarse pero no sabe si podrá pagarse un abogado y decide solicitar uno del turno de oficio. Evidentemente y al momento en que lo solicite, se le adjudicará un compañero o compañera, desde el inicio, pero cuestión diferente será que su abogado/a sea gratuita, pues dependerá de si Lucía demuestra no tener recursos económicos para litigar.
Ya lo adelanté al inicio. La Constitución Española en su artículo 119 dicta expresamente que “La justicia será gratuita cuando así lo disponga la ley y, en todo caso, respecto de quienes acreditan insuficiencia de recursos para litigar”.
Es decir, cuando un abogado del turno de oficio asiste a un justiciable, rellena la “Solicitud de Asistencia Jurídica Gratuita” con los datos del cliente y autorizando que se mire su información económica o patrimonial que se tenga en las distintas Administraciones (es lo más efectivo, pues de lo contrario habrá que ir enviado la documentación que se nos requiera) y da al cliente el documento para su firma.
Esa solicitud será revisada y dependiendo de los ingresos y patrimonio de su unidad familiar se le concederá o no el derecho a la asistencia jurídica gratuita. Si el derecho es concedido, esa persona no deberá abonar la minuta del abogado/a que lo ha asistido; si le es denegado, esa persona deberá abonar la minuta. En caso de que el justiciable no abone los honorarios profesionales del letrado, éste podrá reclamarlos por la vía judicial, algo que por desgracia os adelanto que es frecuente.
Pero, ¿Qué ocurriría si después de tener asignado abogado del turno de oficio el justiciable desea irse con otro letrado de su elección? Eso implica la renuncia explícita por el cliente a la asistencia jurídica gratuita y por ello deberá de abonar los honorarios profesionales del trabajo que el abogado haya efectuado hasta el momento.
Huelga decir que cuando se asigna un caso a un letrado/a de oficio, su designación es para ese asunto en concreto y no para otros trámites o consultas de otros asuntos que el cliente tenga.
En definitiva, todo el mundo tiene derecho a un abogado/a que puede ser de oficio porque no se disponga de recursos económicos para costear el servicio, o incluso porque no se conozca a ninguno, pero “de oficio” no implica que sea gratuito; el abonar sus servicios o no dependerá de si le conceden el derecho a la asistencia jurídica gratuita.
Si tienes problemas judiciales y no tienes recursos para litigar, obtén información acerca de cómo solicitar la justicia gratuita.
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